Nos lo ha dicho el profesor de computación desde el primer día: En un computador, al final, todo son números.
De hecho, nada más que ceros y unos, simples bits.
A los programadores, dominadores de estas pequeñas máquinas, los lenguajes de programación nos han permitido representar una gran variedad de tipos distintos de datos (información) con estos simples números y con esto construir una inimaginable cantidad de abstracciones para representar el mundo en el que vivimos.
¡Todo es una ilusión!, un increíble acto de magia. Nada más que ceros y unos van y vienen por los circuitos de las distintas placas de los ordenadores, por puertos de comunicaciones y buses, cables de red, en las señales de radio de las redes inalámbricas. Piénsalo un instante, solo ceros y unos.
No dejo de sorprenderme cuando pienso en la gran cantidad de conocimiento, inventiva, ingenio, inspiración y trabajo de tan distintas y geniales personas se ha combinado para que yo pueda ver la hermosa fotografía que mi madre, a 300 Km de distancia, recién me compartió vía Whatsapp. ¡Ceros y unos!
Video, imagen y sonido, transacciones financieras, el estado de cuenta del banco, una que otra criptomoneda, las citas de mañana, mi película favorita cuando quiero o el partido cuando puedo. Este rio de ceros y unos ha cambiado nuestra vida, ha revolucionado el mundo y ¡yo soy parte de esa revolución!.
No solo voy arrastrado por ella, como todos en estos tiempos. Yo también revuelvo, poco o mucho, para hacer más revolución. Me esmero día con día por hacer más fácil o más feliz la vida de las personas, con nada más que una serie de pulsos eléctricos, ¡ceros y unos!. Pongo empeño y esfuerzo por comprender cada vez mejor como representar cosas con bits, como manipularlos para que, a mis ordenes, se sumen, resten, multipliquen y dividan a mi antojo. En una complicidad digital logramos mover algún dinero, quizás mercancías o valores, y vaya, también un poco de ocio. Esa danza de números, al final, les da confort y satisfacción a mis usuarios y ¿por qué no?, también pone pan sobre mi mesa.
No me atrevo a decir que tengo un gran talento o que mis aportes sean importantes. Soy una pequeña y obrera hormiga que con humildad y entusiasmo rema en este río digital cada día, aportando mi pequeño grano de arena. Una pequeña hormiga parada en hombros de gigantes.
¡Números!
¡Ceros y unos!
Sos una pequeña hormiga obrera que trabaja por un mundo mejor día con día. Te admiro mucho!
Talvez en esa danza obrera logras mover algún dinerito para mi cuenta bancaria 🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣